C.E.I.P. Sacratif

Un nuevo día de viaje ¡y ya ha sido el cuarto! Y no nos ha defraudado, ha sido tal y como esperábamos, denso, intenso y lleno de buenos momentos. No hemos madrugado demasiado, eran las 7 cuando nos despertaban, las 7.30 cuando íbamos al desayuno y casi las 8 cuando salíamos del hotel con dirección a nuestra nueva residencia de los próximos tres días: El Hotel Bezana Lago de Santa Cruz de Bezana, muy cerca de Santander.

Como teníamos previsto han sido muchos kilómetros de autobús, y algunos de ellos, para subir a Potes y Fuente Dé, de mala carretera, estrecha y con muchas curvas, a través de preciosas gargantas y desfiladeros como el de la Hermida.

A media mañana llegábamos a nuestra primera visita, el Monasterio de Santo Toribio en el que, según la tradición católica, se conserva el mayor trozo de la cruz en que Cristo fue crucificado. Tras la visita seguimos viaje hasta Fuente Dé en donde hemos podido gozar de la belleza de las altas cumbres de los Picos de Europa, gracias al teleférico de Fuente Dé. Y después de esa experiencia, la visita al precioso pueblo de Potes y el almuerzo con un cocido lebaniego que a muchos nos ha encantado.

Tras el almuerzo de nuevo a la carretera porque, cambiando un poco los planes, vimos que era posible visitar la maravillosa villa de Santillana del Mar en la que durante dos horas hemos podido disfrutar de sus calles y de sus tiendas (muchos volvíamos cargados de regalos para los nuestros, a los que no olvidamos ¿eh?)

Y ya al filo de las 8.30 llegábamos al nuevo hotel: El «Bezana Lago» que, con la distribución de habitaciones, acomodación y solución de problemillas acomodatorios nos ha hecho empezar la cena cerca de las 10 de la noche y aquí estoy, a estas horas.Pero, como cada noche, queremos que sean los protagonistas, hoy los padres, los que expresen sus vivencias, y aquí está a continuación lo que ellos han expresado:

«Hoy nos hemos levantado temprano, nerviosos y con ganas de empezar el día, pues nos vamos a los Picos de Europa y, encima, cambiamos de hotel. Hoy, uno de los días más bonitos de nuestro viaje, hemos contemplado con admiración y sorpresa, en pocos kilómetros la gran variedad que nos puede ofrecer la naturaleza, empezando porque hemos visto el mar, la espesura de la vegetación junto a él, a su misma orilla; la grandeza que el hombre puede construir y, como ejemplo el monasterio de Santo Toribio, donde con excitante emoción hemos podido besar una parte del madero donde crucificaron a Jesús.

Continuando nuestra ruta hacia Fuente Dé ¡menudo lugar!, nada que pudiéramos decir sería suficiente para reflejar la belleza de esos lugares; tras un sinfín de curvas, hemos llegado con la clara intención de subirá los Picos de Europa y así lo hemos hecho. ¡Qué impresionante la subida y hemos regresado de nuevo abajo con una éxtasis inexplicable! Subimos en un teleférico hasta una altura de 1800 metros; algunos estábamos nerviosos y con miedo por si se caía o pasaba algo inesperado pero nada ha ocurrido y todo ha ido con la mayor normalidad. Hemos observado como cambiaba el paisaje por minutos, pasando de la espesura del bosque atlántico a la desnudez de la piedra en la alta montaña, sobre la cual caía una cascada. Hemos visto recovecos con nieve, una escasa vegetación y un águila de cercana. Arriba nos sentimos libres como una parte más del lugar, descubriendo la cara y la cruz de la moneda: de una temperatura cálida a un frío invernal no conocido en nuestra tierra.

¡Qué rico el café cliente que nos hemos tomado!, y que nos ha relajado un poco olvidando por unos instantes el intenso frío de la montaña. De vuelta debajo de nuevo en el teleférico íbamos con la incertidumbre de la sensación que nos produciría la bajada, pero de nuevo nada extraño, tan emocionante como la subida y con la capacidad adquirida de poder contemplar mejor el paisaje «a vista de pájaro». Nos vamos de este lugar con mucha pena y deseando volver algún dia con aquellos a quienes queremos y no esán aquí para que también puedan disfrutar de este maravilloso espectáculo.

A la gastronomía exquisita de nuestro almuerzo en Potes se ha unido el regocijo del lugar tan maravilloso en que lo estábamos haciendo. Y si es Santillana del Mar ¿menuda sorpresa agradable la que nos ha ofrecido: un salto en el tiempo a la Edad Media; a más de uno nos pareció estar metidos en los escenarios del «Aguila Roja»

Con esto terminamos nuestro comentario agradeciendo a D. Bernardo, la seño Charo y D. Fernando el habernos hecho posible este día.

Aviso a los que están más cerca de cada uno de nosotros: preparaos porque hemos estamos dispuestos a repetir la aventura en cuanto sea posible: más antes que después»

Bueno, pues mañana más; parece ser que esta idea de compartir el viaje con todos vosotros está teniendo éxito y eso es precisamente lo que deseábamos, por lo que nos sentimos más felices. Buenas noches y hasta mañana. Para compartir el viaje en imágenes, como siempre, pinchad en una de las dos fotos que acompañan a este escrito.